El pasado 13 y 14 de agosto la banda estadounidense Interpol brindó un par de conciertos en el teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México. Las entradas nunca vieron la luz de la venta al público en general, debido a que se agotaron en una preventa difundida mediante el Twitter de la agrupación.
Este hecho preparaba una velada perfecta para un encuentro íntimo y exclusivo con los fans. Por lo anterior, la reventa descarada y abusiva no se hizo esperar; desde los 2,000 hasta los 7,000 pesos rondaban los precios para conseguir tu acceso, aunado al terrible riesgo de ser timado con un boleto falso… muchos se vieron afectados por ello.
Al entrar al recinto, la atmósfera era peculiar, en primer lugar porque no se podía ingresar a la zona de butacas con alimentos o bebidas y en segunda porque los jóvenes que te indicaban la ubicación de tu asiento, usaban traje y de manera muy elegante te invitaban a tomar asiento. Era evidente que sería un concierto de rock atípico.
En punto de las 21:05 hrs Paul Banks, Daniel Kessler y Sam Fogarino aparecieron en el escenario para abrir con la poderosa rola «Not Even Jail» seguida de «All the rage back home»; la fabulosa acústica del lugar provocó que sonarán impecables.
Después de saludar a los mil 500 asistentes de esa noche, Interpol presentó «If you really love nothing», una canción perteneciente a su disco próximo a lanzarse. En seguida, el álbum Our Love to Admire se hizo recordar con «The Scale» y «Mammoth» para posteriormente hacernos prender las luces de nuestros celulares con la emotiva «NYC».
Fue hasta ese momento que la banda de post punk neyorkino tropezó con una anticlimática «The Rover», la cual sonaba a destiempo y más acelerada de lo habitual… se notaba su poca práctica en vivo con dicha canción. A pesar de eso, la presentación fluyó de manera digna con un set list bien distribuido que incluía lo más memorable de sus trabajos pasados.
Sin embargo, al calor de la emoción, la incapacidad de estar parado inundó a su servidor. En el anfiteatro (parte superior) la mayoría de los asistentes apreciaban el concierto sentados en sus butacas mientras que las personas de la pista se mantenían de pie a pesar de contar también con lugar asignado.
Desconozco si era por el carácter del recinto, por miedo a estorbar al de atrás o simplemente por vergüenza. Lo que es verdad es que su servidor tuvo que apreciar el show bailando y cantando sentado al borde del asiento.
Para cuando llegó «Slow Hands» fue inevitable ponerme de pie, con la emoción volteé hacia atrás para prácticamente ordenar que se pararan. Nadie se negó, ese fue el empuje que necesitaba toda la zona para abandonar sus penas y disfrutar el final del concierto de una manera más libre.
Tras sonar las clásicas «Evil» y «Obstacle 1», Interpol se despidió sin antes expresar su cariño por México y decir: “Nos vemos pronto”. Sin duda esa noche todos los espectadores vivimos algo distinto, en un lugar diferente, con una dinámica poco habitual pero con las mismas ganas insostenibles de saltar en cada riff, quizá eso fue lo único que extrañé de aquella noche…
SETLIST 14 AGO
Not Even Jail
All the Rage Back Home
If You Really Love Nothing
The Scale
Mammoth
NYC
The Rover
Take You on a Cruise
Roland
Success
Number 10
Public Pervert
Anywhere
NYSMAW
Slow Hand
ENCORE
LIGHTS
EVIL
OBSTACLE 1