La 4a compañía, donde la cárcel es de todos.

Zambrano, un joven de 20 años que ha pasado por todos los centros de detención y al que las oportunidades se le están agotando. Basta de juegos, es hora de ingresar al penal de Santa Martha Acatitla, con la clase más selecta de criminales.

Son los tiempos del “Negro” Durazo, el protegido del entonces Presidente de México, José López Portillo, aquel que dijo que defendería el peso como un perro, pero esa es otra historia. Zambrano busca redimirse de sus errores, busca lavar sus culpas y para ello quiere pertenecer a “Los Perros”, el equipo de fútbol americano de dicho penal.

Lo que Zambrano comienza a descubrir poco a poco, es que dentro de esas paredes hay una mafia del poder dirigida por policías y por los mismos reos, en la que cualquier actividad delictiva está controlada por La 4a compañía, una hermandad y una mafia en la que el código ético pende de un hilo y de la que Zambrano es muchas veces protagonista y cómplice de las atrocidades ocurridas dentro y fuera de la penitenciaría, ya que su habilidad de abrir automóviles en menos de 10 segundos sin ayuda de las llaves, lo hacen una pieza valiosa dentro del equipo.

Zambrano es un peón más, Palafox es el líder, “Combate” el planificador, “El Tripas” el administrador y finalmente El Coronel, interpretado de forma Magistral por Manuel Ojeda, funge como la cabecilla de toda la organización.

Es una cinta basada en una historia real, que explora los abusos del poder y exhibe la corrupción policial de un cuerpo que se supone que está para proteger y servir, pero que muchas veces es la encargada de ejecutar las más terribles atrocidades y crímenes dentro y fuera de las cárceles. De una forma real pero sin llegar a la crudeza, retrata los excesos, las cuotas, el pago de derecho de piso y el deseo de pertenecer al equipo de Los Perros, que al mismo tiempo son La 4a compañía.

Conforme avanza la historia y Zambrano se involucra más, se va dando cuenta de que la hermandad no tiene límites y que dentro de ella hay traiciones, desapariciones forzadas y chantajes, por mencionar algunos casos, casos en los que la atmósfera cada vez es más tensa y no se sabe por dónde llegará la traición.

Un excelente largometraje de denuncia, con grandes recursos de producción y un argumento bien trazado de principio a fin, que hicieron de este filme el más premiado en la última entrega del Ariel, incluyendo Mejor Película y Mejor Actor (Adrián Ladrón).

La 4ta Compañía es una muestra clara de que se puede hacer buen cine de denuncia con historias de calidad, y no solo películas palomeras que no aportan nada, excepto morbo, presupuestos y espacios desperdiciados.

Un retrato del México de los años 70, que no dista mucho de la realidad actual, si de corrupción hablamos.

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